jueves, 18 de mayo de 2017

ESTADO DE SITUACIÓN

Después del paso de Camilo Yáñez por el gabinete del Ministro de Simulacro y la “implementación” de Cerrillos,  es preciso  formular una hipótesis para el   análisis objetivo del  “estado del arte”  en que este agente de  operaciones sustitutas “dejó”  la escena, en complicidad completa con los artistas gracias a cuya obsecuencia pudo convertir una arbitrariedad, en programa de acción.

Hay artistas que no pueden vivir sin disponer de un muro donde colgar una (s)obra.  Recurro a la imagen básica del niño que se levanta de la pelela donde ha hecho su primera deposición y unta el dedo con caquita para escribir (su nombre) en la pared.  Hay artistas que tampoco puede deestimaar el muro, a la hora de buscar refugio para unos objetos que reproducen la memoria de la vanitas. Esos son los artistas imprescindibles; es decir, los que se someten voluntariamente al régimen de la regencia. Hay otros artistas cuyas obras se in-materializan, para yrasadar sus intenciones al “terreno” de los diagramas. Suelen re-copiar las pizarras  de Rudolf Steiner  ya reproducidas de la tendencia beuysiana  papel couché brillante.  Hay unos cuntos que se ponen a caminar, porque invierten toda su energía en la agonía del traslado. Hay otros, los menos, que instalan unas acciones en el espacio residual que qeuda entre la institución y la intervención de procesos sociales. Finalmente, están aquellos que decoran el espacio público engarzando la neo-ilustración de los temas “en boga” en la “Agenda” (migraciones, movimientos sociales, primitivismos, territorio, arte-y-política).

En relación a lo anterior, enfrentamos la mediocre consistencia de dos grandes empresas: la academia de la instalación y la academia de la intervención.

Academia de la Intervención: se da en dos terrenos.  Primero se necesita un barrio vulnerable, pero bajo mirada gentrificadora. El arte hace limpieza previa y prepara el camino de la especulación blanda, a la que hay que asociar inversión en infraestructura.  Este tipo de iniciativas ya inundó el espacio ministerial, en cuanto a que ha sido considerada como una inversión de “ilusión inclusiva” que opera bo solo en poblaciones vulnerables, sino lejanas en el territorio. Lo cual, de todos modos, posee una vertiente presupuestaria para participar  como animación social en la recuperación de barrios depreciados.

Segundo, se requiere de un buen predio recuperado,  arrancado a la especulación forestal, para realizar residencias de artistas. A esta iniciativa está asociado uno que otro viaje a zonas extremas y originarias que puedan ejercer en los artistas visitantes una función inspiradora.  Con lo cual se recupera el re/nacer de un impresionismo artístico neo-vanghoguiano que asume rasgos (absolutamente) convencionales.  Lo cual favorece la posición del artista como una nueva figura mediátizada entre el anacoreta y el chamán, que se encargan de traer a la ciudad “el espíritu del bosque”.

Academia de la Instalación:  en algún momento de la historia del arte chileno, la objetualidad fue sinónimo de disidencia. Pero luego, pasó a formar parte de la disposición ornamental de un discurso que buscaba cómo ilustrar “la catástrofe” y los efectos recompositivos de la memoria como  especulación de sus “usos”.  Fue el momento en que al arte-político-chileno  le fue atribuido un precio por las Grandes Instituciones del mainstream.   Una variante de esta tendencia a la alza fue el fotografismo que recuperó la codificación, también ilustrativa, de las artes de la performance, que fijó la dependencia escenificante de las poses ya sancionadas por la historia de la pintura.  Para esto hay que recordar la lectura de Baxandall y sus estudios de la pintura del quattrocento.


Finalmente, la representación de “la catástrofe” adquiere rasgos de expresión sublime, cuando la objetualidad invertida en la instalación recupera indicios de la fantasmaticidad originaria que invierte sus activos en culpabilizar de manera ingenua a una clase política inculpabilizable. Es decir: función ritual de un decomiso simbólico.

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