lunes, 25 de abril de 2016

SACYR ES UN MODELO CULTURAL.


El asunto de Sacyr y su indolencia empresarial es un modelo de comportamiento generalizado que puede ser extendido hacia el trabajo de reducción en el sector  de las artes visuales. Primero, por la naturaleza de las concesiones. Siempre hay un agente externo al que se debe referir el trabajo de organización de la “cultura” de las concesiones, tanto formales como académico-políticas. 




El CNCA es el gran agente Sacyr de la cultura chilena y su ministro administrador de mediocridad opera como el ingeniero que estaba en el lecho del río manejando una excepción que no estaba en los contratos.  Sabiendo de antemano que los contratos están concebidos para no acoger   excepciones  culturales. 

Los miembros del equipo de Camilo Yáñez lo saben demasiado bien.  Siempre hay cláusulas no escritas que definen las prácticas administrativas y disimulan las fallas estructurales.  De todo eso,  simulan levantar una política para un sector de(s)preciado.  

Para colmo, la salida de un funcionario deferente de un museo referencial por  “negociación de instrumento”   éticamente incompatible con el cargo,  hace que la permanencia de familiares  en ese medio endogámico -CNCA-  ya no  reporte utilidad política alguna.  Nadie ha inventado nada.  Es lo que se ve a simple vista como  efecto Pizarro, pero en este “otro” sector.  

Por esta razón  tuvieron que nombrar a Ana Tironi en la sub-dirección; para dar una "señal inclusiva" de funcionarias históricas de la DIBAM como prueba de fidelidad administrativa en el nuevo período de discusión de la ley de ministerio.  Todo eso es previsiblemente  risible.  Ana Tironi se lamentará de dejar los libros por las pasiones  chicas de un gabinete. La ventaja es que los libros son “mudos”; uno los “hace hablar” mediante la lectura. Pero en un gabinete, la voracidad  de los sujetos  se traduce en un docu-reality que al final del día no compensa. 

Mientras tanto, Rivera seguirá contándole historias truchas a  sus crédulos amigos alemanes.  Los franceses –por su parte-  ya han sido suficientemente gratificados por el Ministerio del Teatro para dar curso a itinerancias que en su país de origen ya no les son rentables.   Y eso que todavía no los hemos sometido a la crítica severa de haber importado a la fuerza las artes de la calle,  como alternativa  consoladora en una especie  de senamización  de   teatro de segunda.

En definitiva, en el teatro, la danza, las artes visuales y la fotografía, las “políticas públicas”  son habilitadas  y garantizadas por los servicios culturales de las embajadas, por comodidad y por colusión.  

No es posible que la internacionalización ficticia de la fotografía chilena dependa de  Mapfre  Seguros (Madrid) y de PhotoEspaña como horizonte de lo posible.  La mítica versión de un triunfo de la fotografía chilena en Arles dio apenas para una exposición de Sergio Larraín.  El FIFV  ya no puede seguir viviendo de fondos que al parecer está obligado a ganar, para cuadrar  con la  encubierta voracidad  de su más representativo regente, en nombre de una tendencia que cada día recibe más objeciones, justamente, por haberse demostrado que solo es el soporte de una agenda propia, que no colabora de manera decisiva en la colocabilidad de la fotografía chilena en una escena de rigor. 

¿Seguimos?  El 3 de mayo se inaugura en el MNBA de Buenos Aires La exposición pendiente, que estaba en el MNBA de Santiago.   Camilo Yáñez siempre sostuvo  que se trataba de  una  nueva exposición,  completamente  diferente.  Al  parecer, es la misma.  ¿Reducida? ¿Acomodada? ¿Pero a quien le importa en Santiago? A nadie. Solo es una arista de la ficción de internacionalización de su equipo. Todo lo que esa exposición significó,  para la escena chilena, ya está sepultado por el reciente Funeral de Estado. 

Digamos ahora que tan solo fue una gran exposición de las mejores obras de caballete de Orozco, Siqueiros y Rivera, provenientes de la Colección del Museo Carrillo Gil.  Podríamos haber obviado toda esa inflación de heroísmo museográfico  que le fue asociada.  Era una exposición que se bastaba a si misma. Todo el circo levantado en torno a las condiciones de su des/cuelgue en septiembre de 1973 resultaron completamente anecdóticas. 

Solo me queda en la memoria el hecho de que mientras el presidente mexicano Echeverría enviaba esta exposición a Chile,   al mismo tiempo combatía a la guerrilla de Lucio Cabaña (Partido de los Pobres). Había nacido en el 12 de diciembre de 1938 en Atoyac de Álvarez, Guerrero  y fue estudiante de la Normal Rural de Ayotzinapa.  Lucio Cabañas y su guerrilla fueron perseguidos, detenidos, torturados, desaparecidos y asesinados por militares y policías secretos durante el gobierno de Echeverría. Fue abatido el 2 de diciembre de 1974 por el Ejército mexicano en El Otatal, Estado de Guerrero, al sureste de Iguala.

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